Álvaro Palacios deja su impronta enológica en este tinto que tan bien refleja todas las características de su lugar de origen, las laderas de suelo arcillo-calcáreo del Monte Yerga, en Alfaro. La Montesa 2018 culmina el proceso natural, iniciado años atrás, hacia una identidad clásica. En esta añada ha habido un cambio de imagen definitivo. La etiqueta sigue el modelo de Quiñón de Valmira y cierra la línea definitiva de los vinos de la bodega: equilibrio de elementos, claridad en la jerarquía de contenidos, vocación informativa, proyección de un estilo limpio, veraz y atemporal. Los tonos rojo y crema se apoderan de la botella, así como los hierros ganaderos.
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