El mito de Tokaj no ha hecho más que crecer en sus más de cuatrocientos años de historia; pero no sería hasta el año 1630 cuando se habló, por primera vez, de la grandeza del viñedo de Oremus; a día de hoy, el de mayor reconocimiento universal.
El vino Mandolás, elaborado a partir de la variedad Furmint, ha ido evolucionando desde su primera cosecha en el 2000 hasta llegar a la de 2018. Una serie de mejoras se han ido incorporando en todos sus procesos, desde el viñedo hasta su salida al mercado, conviviendo en perfecta armonía, la enología más moderna con la tradición ancestral.
En la viña, se ha realizado una selección específica de parcelas a menos de 200 metros sobre el nivel del mar, protegidas de los vientos del norte y con la densidad de cepas adecuada, revisando sistemáticamente el estado de maduración de la uva para una elección óptima de vendimia de racimos maduros, sanos y de color amarillo dorado.
El esfuerzo en seleccionar viejos clones de Petracs, nuestro viñedo de 100 años, es crucial para alcanzar la mejora de la calidad en cada añada.
Es el fruto de un clima y suelo únicos en el mundo que exige una elaboración muy laboriosa y cuidada. La leyenda de Mandolás continúa.
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