Su blanca y tierna corteza enmohecida guarda una delicada pasta, cremosa pero compacta, salpicada de pedacitos de trufa. Sus sabores son diferenciados y sin armónicos, consiguiendo un queso de sabor redondo y único. En boca contrasta los sabores dulces de la masa, el aroma a tierra de la corteza y el delicado sabor de la trufa.
Empresa familiar cuyos orígenes se remontan al siglo XIII, conservando la forma tradicional de hacer queso desde entonces.
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