Ahumado con madera de roble y curado de forma natural en secaderos. De consistencia compacta, la sección transversal presenta un aspecto liso y homogéneo, con diferenciación neta entre carne y tocino. Ligero olor y sabor a humo y a especias.
En nariz y boca están presentes las fragancias y sabores:
– A las plantas, flores y frutos aromáticos silvestres de las dehesas donde pasta el cerdo ibérico en Montanera.
– A los suculentos aportes gustativos logrados por esta raza pura de cerdo ibérico cuando transforma su ingesta vegetal en cárnica, especialmente con el óptimo alimento de la bellota, cuyo sabor enriquece sensiblemente, y más en este caso al haberla ingerido en mayor cantidad sin recebo distinto.
– A las virtudes de un producto bien condimentado y curado de forma muy natural, entre ellas destaca el gusto especialmente sabroso de su componente principal: los magros del cerdo de bellota picados y embutidos, así como el sabor a curado natural sin humedad y la intensificación del valor de los sabores principales por la merma de materia que produce el curado.
Hay que destacar el valor gustativo del humo de encina y su perfecto ensamblaje con una generosa presencia del pimentón (junto con el ajo únicas especias usadas) que confiere un intenso y delicioso carácter propio a estos Jabuguitos y autoriza su acertado empleo culinario crudo, frito y como ingrediente suculento de cocidos y otros guisos.
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