Una etiqueta dice mucho. En el caso de vino Alvarito de la bodega Martín Verástegui, el diseño y espectacularidad de su etiqueta se corresponden con la excelencia de su interior. Cuando hablamos de Alvarito vino tinto, hablamos de un vino desenfadado, moderno, con una estancia de 10 meses en barrica de roble y creado a partir de las variedades de tempranillo y garnacha.
Todos los vinos tienen su encanto y la etiqueta de vino Alvarito es obra del artista pop norteamericano Chad Lieber. El concepto de este diseño parte del deseo de mostrar la dualidad de las personas. El autor hace un homenaje a la imperfección que todos tenemos, pero sobre todo a los que mantienen su lado de adulto y su lado infantil. La belleza de sus trazos despierta la admiración, al igual que la geometría policromada de un rostro rasgado en forma de mosaico multicolor, que también puede contemplarse en su creación. Es importante recalcar que ha recibido varios premios de diseño por la asociación de jóvenes por el vino de Valladolid.
El Alvarito Martin Verastegui ha sido creado gracias a una empresa familiar de cuatro generaciones. Se han encargado, con su buen hacer, de contar con bodegas en diferentes denominaciones en España: Ribera del Duero, Rueda, Vinos de Castilla y León y una serie de vinos cosecheros. Uno de sus más afamados es el vino Alvarito.
En principio, estaba enfocado a un segmento premium, pero al final vino Alvarito precio está orientado a que puedan degustarlo el mayor número posible de personas. Tanto es así, que más del 30 % del mercado es ya internacional.
Es de un color cereza con ribetes café, nariz afrutada y notas de regaliz y vainilla. Su color granate provoca reflejos rubí brillantes y aromas de frutas silvestres. Su paso por boca es muy sutil, elegante y redondo.
Producido en una zona con denominación de origen, en sus años de expansión se fue extendiendo por varios municipios y ahora cuenta con una gran potencia exportadora. Quien lo prueba tiene calidad a precios competitivos. Ese es uno de los secretos del éxito internacional del vino Alvarito Martin Versategui. Se trata de un formato en el que prima un sabor marcado por la fruta, el equilibrio y ligeros toques tostados.
Gran parte de las plantaciones de tempranillo fueron de la España mediterránea y parte del sur. La uva tempranillo tiene poca acidez y, con climas cálidos, acaba dando vinos planos. Sin embargo, se devolvió la credibilidad a esta uva a partir de la mezcla con garnacha, mucho más floral y frutal cuando crece en zonas idóneas. Uvas francesas, como esa, se adaptan bien a nuestros climas. Así, con su mezcla, se está contribuyendo a la recuperación de vinos con personalidad en nuestro país. Con este producto se puede disfrutar de la liturgia de saborear un caldo que refleje, no solamente por la variedad de la uva, sino por el terruño de procedencia, y el traslado a la nariz y la boca del consumidor.
Para un momento óptimo de consumo, la temperatura ideal es de 18 º C. Para su conservación solamente es necesario almacenarlo en un sitio freso y sin luz. También hay que evitar los cambios bruscos de temperaturas.
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