Como las ganas de compartir una buena charla, un encuentro de amigos o un bocado sabroso, siempre está con nosotros el vino que representa la jovialidad y el disfrute.
Nuestro Joven Roble es para todos y para todo momento. Fresco y vibrante, a la vez completo y lleno de energía.
De personalidad clara, afable y sólida, como las personas que miran de frente y caen bien.
Con la estructura corpulenta que nace de nuestras tierras continentales, y con una gran expresión vital. Un vino abierto, amable, agradable en boca.
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