El garbanzo pedrosillano de Salamanca es inconfundible por su pequeño tamaño, por la forma redondea de sus cotiledones, y por el pico puntiagudo. Es un garbanzo de color marrón claro tirando a anaranjado, y con las arrugas ligeramente marcadas. Una vez cocinado, conserva perfectamente su forma, y no pierde el hollejo. Destaca por su gran capacidad de absorción de agua, y es uno de los más demandados por su sabor intenso característico, y por su textura mantecosa.
El garbanzo pedrosillano se utiliza en todo tipo de cocidos (maragatos, madrileños…), en potajes, y en ensaladas.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.